En ella un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río prometiéndole no hacerle ningún daño. La rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula "¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos" ante lo que el escorpión se disculpa "no he tenido elección, es mi naturaleza".
La moraleja: no trates de engañarte con alguien creyendo que es o puede ser diferente, hay personas que sacaran sus peores instintos sin importarles las consecuencias de sus actos o dañar a quien le tendió la mano.