Es interesante leer lo que Iglesias escribía sobre Chávez en Diez voces sobre la impronta generacional de Hugo Chávez, una publicación que homenajeaba al líder venezolano tras su muerte.
Seguro que te ayudará a comprender su recorrido e ideología.
Para mi generación, que empieza a hacer política tras la caída del muro de Berlín, el proceso bolivariano que encarna Chávez significó el final feliz de la inocencia. Empecé a militar pocos meses antes de que los zapatistas se alzaran en Chiapas. Marcos trazó el camino de los movimientos globales en el que participé tras muchas frustraciones en la vida interna de las organizaciones de la izquierda clásica que no supieron ver que el mundo de la III Internacional había acabado.
En Praga, en Génova, en las protestas contra la guerra en Madrid, milité en la cultura de las asambleas en los centros sociales, del enfrentamiento con la policía, de las sudaderas con capucha y de la identidad sin concesiones. Fue una época maravillosa que, sin embargo, según pasaban los años, empezaba a saber a poco.
Chávez era la verdad de la revolución por la vía electoral y de sus contradicciones; gobernar, entender la geopolítica, la corrupción, la derrota de la lucha armada en América Latina, el éxito de los golpes de Estado y el Neoliberalismo así como las dificultades del romanticismo cuando se enfrenta a la realidad de la pobreza y el subdesarrollo.
Con Chávez me hice mayor, lo suficiente para tener claro que no quiero regalarle mi país a la derecha y para tomar conciencia de que a mi generación le toca jubilar a la izquierda de la Transición y disputar la democracia y el poder.Diez voces sobre la impronta generacional de Hugo Chávez. Pablo Iglesias
