Interesante, como siempre, la reflexión de Marat en
La barricada cierra la calle pero abre el camino.
“Para iniciar el proceso de votación destinado a revocar el mandato del Portavoz [el señor Pablo Iglesias Turrión, a partir de ahora PIT, que no Brad] será necesario aportar el aval de un 30% de la afiliación de Podemos”.
Ello exige disponer de la lista completa de afilados de Podemos, lo que no estará disponible para cualquier “ciudadano” no miembro de la dirección nacional de Podemos. El aval del 30% de la afiliación total de la organización es algo especialmente difícil de lograr.
El mismo procedimiento y porcentaje (30%) que para la revocación del Portavoz de la organización se exige para la revocación de personas pertenecientes al Consejo Ciudadano (80 miembros) y del Consejo de Coordinación de Podemos (10-15 miembros). Pero, ¡atención!, “los referendos revocatorios [de cada uno de esos órganos] serán siempre de carácter individual”, lo que asegura la inamovilidad de la gran mayoría de los componentes de dichos órganos.
Dado que la dirección técnica “provisional” de Podemos, que tiende a hacerse permanente, ha sido confeccionada por el propio PIT en base a criterios de confianza con la figura del Portavoz (el mencionado PIT), la continuidad del Consejo de Coordinación (el auténtico órgano de poder de Podemos) está más que asegurada porque, al contrario que el Consejo Ciudadano que sería elegido en listas abiertas en la Asamblea Ciudadana ordinaria (trianual) de Podemos, dicho Consejo de Coordinación sería elegido de forma indirecta por cooptación desde el órgano inferior al superior; esto es, por el Consejo Ciudadano.
Bastará con que el Portavoz de Podemos (PIT) y, a través de él, los miembros de la dirección de cada Federación Territorial, orienten sobre a quiénes debe votarse para el Consejo Ciudadano para que una dirección hecha a su medida salga elegida.
En un modelo de dominación carismático (de acuerdo a los criterios del sociólogo Max Weber) como la que representa el Portavoz de Podemos, la máxima dirección ejecutiva de la organización, a ver quién es el guapo que se opone a una dirección señalada a dedo y plebiscitada por una Asamblea Ciudadana ordinaria de fieles adeptos.